Ya está. Sólo queda esperar que comience la acción del torneo anual de Primera que organiza la Liga Tucumana de Fútbol. Es cierto, no tiene el brillo y la importancia de otros certámenes, pero es la única competencia que se disputa en estas tierras que incluye a equipos de los cuatro puntos cardinales de la provincia.
Quizás muchos no dimensionen la trascendencia que genera el torneo en el interior. Y es lógico que ello ocurra. De los 30 equipos participantes, solo ocho son capitalinos, sacando a San Jorge que no tiene sede. Por ese motivo, cada fin de semana, los simpatizantes de diferentes localidades revolucionan la zona para poder seguir al club de sus amores.
El protagonismo y el crecimiento de estas entidades tienen su razón de ser. Salvo contadas excepciones, la mayoría de esos 22 equipos está bancado por algún político de la zona (llámense intendentes, legisladores, concejales o delegados comunales). Y en un año electoral, los aportes son y serán -por lo menos eso es lo que aparenta- mucho más jugosos. Por eso no sorprende que estos clubes hayan sido los que más se movieron en un mercado de pases que no generó mucho ruido ni sorpresas.
Esa desesperación por conseguir resultados -que se transforman en votos- impide que los clubes liguistas apuesten a un proyecto a largo plazo. Quizás esa sea la principal razón por la que solo hayan sobrevivido nueve entrenadores con respecto a la temporada pasada.
Tampoco sorprende que el gobernador José Alperovich le haya dado nuevamente la espalda al fútbol. Así como niega la importancia de la construcción de un estadio único, tampoco le da trascendencia a los clubes que forman parte de la LTF.
El año pasado, desde la Casa de Gobierno, le cerraron el grifo y no le otorgaron el subsidio a la Liga, ese que utilizaban para afrontar los operativos de seguridad en los estadios. Los dirigentes de la entidad madre de nuestro fútbol siguen esperando un encuentro para saber si contarán con ese dinero, o no.
Hasta tanto tengan una respuesta, o si es que niegan la ayuda, los encuentros se jugarán con público local, lo que afecta a la esencia misma del espectáculo futbolístico. Una lástima.